Como lo prometido es deuda y en agradecimiento al esfuerzo que todos los sábado Maxi y Tonga hacen levantándose temprano, para entrenar a nuestros polluelos de bestia peluda que tenemos por hijos, les presté a la M-16 (la 92) la piecita del fondo.
Para ser más explícito: les vamos a publicar las crónicas de los partidos que este servidor presencie.
También, a veces, los muchachos de la 93 M-15 de la mano del Colo se merecen un relato de sus andanzas; así que hoy hacemos redoblona (pregúntenle a sus abuelos por ese término), y al precio de dos por uno les cuento que pasó el domingo en la cancha 1 (1 por única) de Muni.
El sábado había sido bondadoso en espectáculo pero el prodigio del domingo le hizo juego en composé.
Empecemos por los muchachos del Colo (perdón a los co-entrenadores pero el susodicho se ganó nuestro favoritismo años ha). Los recién egresados de las infantiles jugaron su cuarto partido oficial. Hebraica fue de la partida y partenaire de un equipo que se las trae. Estos zanguangos no son moco de pavo. Están haciendo los primero palotes en juveniles pero les falta poco para completar todo el abecedario.
Empecemos por los muchachos del Colo (perdón a los co-entrenadores pero el susodicho se ganó nuestro favoritismo años ha). Los recién egresados de las infantiles jugaron su cuarto partido oficial. Hebraica fue de la partida y partenaire de un equipo que se las trae. Estos zanguangos no son moco de pavo. Están haciendo los primero palotes en juveniles pero les falta poco para completar todo el abecedario.
Jugaron de forma tal que su adversario, aunque atácandolos, pudo concretar muy pocas veces; ellos, en cambio, les cobraron en todas las que atacaron. Los superaron por un amplio margen y se llevaron el encuentro de forma bien prepotente, respetando al rival pero despojándolo de cualquier pretensión de triunfo. Amplia diferencia en el score, no tanta en la cancha pero muchísima en la contundencia.
Un placer para el ojo fueron.
Terminó el encuentro, abrazo, besos y le dejaron el lugar a los imitadores de la 96.
La m-16.
Vamos a describir el principio de lo que fue este encuentro como si fueran fotos.
Foto 1: Las caras del varios jugadores el sábado. Estaban todos jugando desde el viernes el partido con los muchachos de Virreyes en sus cabezas.
Foto 2: La llegada de los muchachos de Virreyes al club con su bandera desplegada, orgullosos de lo que representan y de la dedicación de mucha gente en este proyecto.
Foto 3: La alambrada Local. Creo que, peso a peso, había la misma cantidad de gente que en un partido de primera. Si puedo afirmar que las madres de esta categoría superan ampliamente en gritos a cualquier otra en todo el club. Termos y mates por doquier, caras de nervios y ansiedad.
Foto 4: Los entrenadores, sonrientes y ansiosos por la prueba del día. Estaban seguro del grupo que tenían, pero la parada era brava. Un Carancho que trataba de calmar abrazando a cuanto jugador le pasaba por delante para tratar transmitirle de esa manera tranquilidad y experiencia.
Foto 5: El glorioso abrazo que tanto me emociona. Esa rueda bien apretada de caras serias, comprometidas. Instante de gloria en cada fin de semana que nada más los que alguna vez lo gozamos, sabemos que se siente. Con los entrenadores mezclados entre ellos, el resto de los presentes en silencio respetabamos esa liturgia y nos contagiabamos un poquito de ese momento tan especial.
Foto 6: El trotecito, tradicional y ritual, con caras mirando para adelante, dándose coraje en cada paso y soñando con apoyar él try que incline la balanza.
Así comenzó la historia de un partido en el cual dos equipos con sus personalidades bien definidas, respetaron su forma de juego a ultranza y primó la experiencia de los nuestros.
La 92 jugo a lo que sabe: "atacamos siempre". Hubo patadas certeras, hubo takle y reposicionamiento ofensivo inmediato, 4 trys de lujo; tuvieron el control de line, por momentos también del scrum; y acorralaron a Virreyes durante todo el segundo tiempo en su campo.
Virreyes decidió perder con las botas puestas respetando su juego. Abriendo la pelota de todos lados (incluso en extrema defensa) cosa que contó con la admiración de todos los presentes. Imponiendo, aunque en la derrota, el concepto del Rugby les están enseñando y son brillantes alumnos.
Por último la mejor foto fue como jugaron los treinta en la cancha, con el roce típico pero con un respeto por el juego y el adversario admirable.
Felicitaciones, están aprendiendo de la 96; para los entrenadores también hay, porque lo que ocurrió este fin de semana es producto, no solo de nuesta fauna energumental, sino también de quienes les hacen amar este deporte.
SNIF SNIF!!!
EL RENGAU
(¿¿¿Querían un nota emocionante???: ¿A ver si esta les cabe?)
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