Fue la frase que, a modo de balance, surgió luego del tremendo esfuerzo que los animalitos de Dio realizaron este sábado en centro. El Puma Imach fue el autor, pero el resto de los entrenadores se adhirió al comentario.
El porqué de esta frase no fue producto de resultados porque no fueron ni demoledores ni mucho menos. Fueron normales a la medida de la edad y del resto de los equipos que jugaron con ellos, la cosa radica en el espíritu y en las ganas que ponen: Podrán perder, pero nunca va a ser fácil ganarles.
Comentario que por reiterado no pierde la importancia del concepto (pavada de definición), pero que manifiesta mi camino irreversible hacia la demencia senil. Otra vez con lo mismo!!!
Y bueno siempre hay que resaltar el espíritu frente a lo efímero de los resultados que deben ser continuamente revalidados, lo único que no tiene tiempo de vencimiento en el almanaque rugbístico es el espíritu, la ganas y las formas. En definitiva el rugby propiamente dicho.
Bueno dejando de lado sopa de letras y las verdades remanidas, vamos a la fiesta que fue el sábado con el dichoso Torneo (mal dicho) de la Rivera, que en realidad es un encuentro de los clubes vecinos, porque de torneo no tiene los más importante y lo que menos queremos: ganadores y perdedores.
La puntualidad fue la cualidad de nuestros energúmenos, que a juzgar por la hora de citación no era como para andar alabando el madrugón, pero buena puntualidad fue la norma. Presentismo: muy pobre; fueron la misma cantidad que en el entrenamiento fallido del miércoles, por lo menos 12 ausentes, nos dejo un número de 28 jugadores más dos lesionados, porque Paco y Rodrigo fueron a pesar de no poder jugar. Mucha parentela, mucho amigo y algunas chichis que algún gritito de aliento profirieron en favor de las Criaturitas de Dios.
Todo muy lindo, todo perfecto pero la cosa venía de retraso, pasaron como dos horas de nada y entrenamiento. Mientras los entrenadores Guille, El Puma, Hosama, Facu y Aldo aprovecharon ese tiempo libre para enseñarles lo nuevo que viene junto a la cancha grande.
Los espectadores estábamos con los cataplines por el sopi porque la cosa no largaba, pero a eso de la 1 y cuarto empezaron los preparativos para el primer encuentro. Nos atendieron los dueños de casa, Centro Naval en un tiempo solo de veinte minutos para darnos la bienvenida. Como siempre y para no hacerla lunga acuérdense de los dos equipos A y todos los argumentos en favor de esto para tener claro el panorama.
Ciudad dos equipos, Centro uno solo. Un tiempo dominado por nuestros energúmenos, bastante ordenados para la falta de entrenamiento; jugado casi en su totalidad en terreno de Centro. No hubo efectividad pero era el primero del día. Un escapada de ellos por las puntas nos dejo uno abajo y terminó la cosa de forma prolijita, bien jugado sobre todo cuando vimos el desorden imperante en otros equipos.
Después de otra espera bastante prolongada, nos dejaron en una cancha y de ahí en más, en continuado, tuvimos matinee y vermouth de la 96.
Liceo fue el primero de esta segunda etapa, el equipo que se había quedado sin jugar hizo su ingreso. Liceo presentó dos equipos con suplentes.Dos tiempos de locos jugaron, donde todos, tooooodooooos tacklearon y cuando tuvieron la pelota en sus manos encararon para adelante sin retroceder un centímetro. Dos parciales de muy buen desempeños fueron favorables a los muchachos que ya se habían ganado un gran porcentaje de los elogios que iban a brotar a lo largo de la jornada.
El cansancio, el calor y lo prolongado de la hora empezó a mellar las huestes propias y en el tercer encuentro con GEBA, ya empezaron a mezclar los equipos considerando las ausencias y el estado de los jugadores.
Fue parejo desde el principio, calcado del anterior con Liceo, pero con el cansancio que disminuía piernas. Geba con dos equipos fue alternando formaciones hasta que en el segundo tiempo la conjunción era la que esperaban y pudieron empatar.
Cuando transcurría ese último partido, el entrenador de Banco Nación se acercó hacia donde estaban nuestros entrenadores y propuso que inmediatamente terminada la cosa con Geba, jugar con ellos el último de la jornada.
Se armo un equipo con los que estaban más descansados; la hinchada ya estaba colmada de buenos recuerdos y de orgullo porque hasta ahí todo había sido para coleccionar.
Lo que venía parecía muy duro considerando el cansancio reinante.
Viejos conocidos de muchos partidos, tanto de un lado como del otro, comenzaron el último encuentro del sábado; eran más de las cuatro de la tarde ya, los entrenadores se pusieron en distintos lugares de la cancha para alentarlos, Guille de refereé lo hizo implacablemente y cómo el cansancio le permitía.Con dos trys los chicos de Banco se inauguró el primer parcial, los dos pegaditos que presagiaban una canastita de regalo. Pero, de donde se pudo, se sacaron fuerzas para remar. Y con el dos uno, se fueron al descanso.
Comienzo del segundo tiempo y tercer try de Banco vinieron al unísono, pero desde ellos mismos empezaron a alentarse a ellos mismos, por sobre la decepción que el marcador les provocaba. Afuera los energúmenos que quedaban se hicieron eco y comenzaron a alentarlos.
Y vino un try que les dio la razón en de tanto aliento.
Ya tenían la confianza ahora faltaba ordenar un poquito más la cosa y fue con una pelota que vino limpita de un ruck y fue tocada por todos la que les dio ese empate que como resultado no es nada, pero visto desde la cancha en ese momento fue admirable.
Vino el tercer tiempo merecido las felicitaciones y la frase final de los entrenadores:
EL RENEGAU
REITERATIVO
COMO POCOS
Y bueno siempre hay que resaltar el espíritu frente a lo efímero de los resultados que deben ser continuamente revalidados, lo único que no tiene tiempo de vencimiento en el almanaque rugbístico es el espíritu, la ganas y las formas. En definitiva el rugby propiamente dicho.
Bueno dejando de lado sopa de letras y las verdades remanidas, vamos a la fiesta que fue el sábado con el dichoso Torneo (mal dicho) de la Rivera, que en realidad es un encuentro de los clubes vecinos, porque de torneo no tiene los más importante y lo que menos queremos: ganadores y perdedores.
La puntualidad fue la cualidad de nuestros energúmenos, que a juzgar por la hora de citación no era como para andar alabando el madrugón, pero buena puntualidad fue la norma. Presentismo: muy pobre; fueron la misma cantidad que en el entrenamiento fallido del miércoles, por lo menos 12 ausentes, nos dejo un número de 28 jugadores más dos lesionados, porque Paco y Rodrigo fueron a pesar de no poder jugar. Mucha parentela, mucho amigo y algunas chichis que algún gritito de aliento profirieron en favor de las Criaturitas de Dios.
Todo muy lindo, todo perfecto pero la cosa venía de retraso, pasaron como dos horas de nada y entrenamiento. Mientras los entrenadores Guille, El Puma, Hosama, Facu y Aldo aprovecharon ese tiempo libre para enseñarles lo nuevo que viene junto a la cancha grande.
Los espectadores estábamos con los cataplines por el sopi porque la cosa no largaba, pero a eso de la 1 y cuarto empezaron los preparativos para el primer encuentro. Nos atendieron los dueños de casa, Centro Naval en un tiempo solo de veinte minutos para darnos la bienvenida. Como siempre y para no hacerla lunga acuérdense de los dos equipos A y todos los argumentos en favor de esto para tener claro el panorama.
Ciudad dos equipos, Centro uno solo. Un tiempo dominado por nuestros energúmenos, bastante ordenados para la falta de entrenamiento; jugado casi en su totalidad en terreno de Centro. No hubo efectividad pero era el primero del día. Un escapada de ellos por las puntas nos dejo uno abajo y terminó la cosa de forma prolijita, bien jugado sobre todo cuando vimos el desorden imperante en otros equipos.
Después de otra espera bastante prolongada, nos dejaron en una cancha y de ahí en más, en continuado, tuvimos matinee y vermouth de la 96.
Liceo fue el primero de esta segunda etapa, el equipo que se había quedado sin jugar hizo su ingreso. Liceo presentó dos equipos con suplentes.Dos tiempos de locos jugaron, donde todos, tooooodooooos tacklearon y cuando tuvieron la pelota en sus manos encararon para adelante sin retroceder un centímetro. Dos parciales de muy buen desempeños fueron favorables a los muchachos que ya se habían ganado un gran porcentaje de los elogios que iban a brotar a lo largo de la jornada.
El cansancio, el calor y lo prolongado de la hora empezó a mellar las huestes propias y en el tercer encuentro con GEBA, ya empezaron a mezclar los equipos considerando las ausencias y el estado de los jugadores.
Fue parejo desde el principio, calcado del anterior con Liceo, pero con el cansancio que disminuía piernas. Geba con dos equipos fue alternando formaciones hasta que en el segundo tiempo la conjunción era la que esperaban y pudieron empatar.
Cuando transcurría ese último partido, el entrenador de Banco Nación se acercó hacia donde estaban nuestros entrenadores y propuso que inmediatamente terminada la cosa con Geba, jugar con ellos el último de la jornada.
Se armo un equipo con los que estaban más descansados; la hinchada ya estaba colmada de buenos recuerdos y de orgullo porque hasta ahí todo había sido para coleccionar.
Lo que venía parecía muy duro considerando el cansancio reinante.
Viejos conocidos de muchos partidos, tanto de un lado como del otro, comenzaron el último encuentro del sábado; eran más de las cuatro de la tarde ya, los entrenadores se pusieron en distintos lugares de la cancha para alentarlos, Guille de refereé lo hizo implacablemente y cómo el cansancio le permitía.Con dos trys los chicos de Banco se inauguró el primer parcial, los dos pegaditos que presagiaban una canastita de regalo. Pero, de donde se pudo, se sacaron fuerzas para remar. Y con el dos uno, se fueron al descanso.
Comienzo del segundo tiempo y tercer try de Banco vinieron al unísono, pero desde ellos mismos empezaron a alentarse a ellos mismos, por sobre la decepción que el marcador les provocaba. Afuera los energúmenos que quedaban se hicieron eco y comenzaron a alentarlos.
Y vino un try que les dio la razón en de tanto aliento.
Ya tenían la confianza ahora faltaba ordenar un poquito más la cosa y fue con una pelota que vino limpita de un ruck y fue tocada por todos la que les dio ese empate que como resultado no es nada, pero visto desde la cancha en ese momento fue admirable.
Vino el tercer tiempo merecido las felicitaciones y la frase final de los entrenadores:
"Y ESO QUE TODAVÍA NO ENTRENAMOS"
EL RENEGAU
REITERATIVO
COMO POCOS
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