Cómo título bastante poco creativo: puesto así puede parecer o bien, vagancia del que escribe para titular, poca creatividad del mismo, o señalar un momento de la vida como un hito.
Y bien, las dos primeras opciones son válidas, pero esta vez, creanme, la última es mi real intención.
Como argumento quiero citar las palabras de nuestro coordinador de infantiles, Sebastián Larreguiz:
"Me habían hablado mucho de Uds, de lo bien que jugaban y de la garra que ponían; pero no había tenido la ocasión de verlos en acción. Por lo que yo vi hoy, se quedaron cortos..."
Siempre fui tildado de fanático de la 96, de poco objetivo y demás apelativos. Esta vez yo era el más imparcial de todos al lado de todos los observadores que presenciaron a los energumenos en acción.
Serrat dice: "De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan linda que, da gusto verla" ; esto es lo que sentí este fin de semana en la feliz.
Fue una conjunción de tantas cosas que se amalgamaron, desde el Barba que nos lustró el cielo con esa tormenta que sufrimos para regalarnos dos días pintados. Un torneo con una organización especialmente cuidada, la presencia de más de 30 padres con los cuales nos divertimos todo el finde, dos padres managers que estuvieron en todos los detalles y en el caso de Luis llegó al punto de organizar la cena de la noche de los Padres. Los entrenadores y el coordinador "Sebas" que disfrutaron con nosotros: y, como siempre, el querido Pablo Torres que junto con Juan Ratti (que esta vez no pudo venir) están para cuidar la salud de nuestros hijos en todo momento.
Y los más importante: 34 energúmenos que demostraron todo lo que sabían. En un momento en esa cancha estaban plasmados desde Zaffa y Ángeles pasando por el Colo, Sergio, Marcos hasta sus entrenadores actuales Carlos, Danny y Ale. Todos con su granito de arena contribuyeron a engendrar un equipo donde de 34, 34 sorprendieron y maravillaron a propios y ajenos. Han honrado la imágen del club y pusieron de manifiesto lo que Maxi con los códigos propios jugador de un mismo club les transmite: EL COMPROMISO Y EL AMOR A SU EQUIPO.
He recibido personalmente comentarios de entrenadores de otros clubes maravillados por la forma y la garra demostrada. Hemos recibido dos invitaciones para cuando querramos volver a Mar del Plata . Tanto el organizador del Torneo, Mar del Plata rugby, como uno de los equipos con los que jugamos, Uni-Trinity College, fueron quienes nos cursaron dicha invitación.
Pero no solo lo deportivo, en lo social los pibes con los despelotes propios de la edad, fueron un grupo espectacular donde desde los más nuevos a los más antiguos compartieron una gira ESPECTACULAR.
Del Sábado ya escribí; lo único que debo agregar en lo deportivo es que alguien me comento que era sorprendente que chicos de 13 años jugaran de contrataque al rugby. Es muy difícil esta estrategia de juego, recién se empieza a ver en categorías juveniles. Es más, los entrenadores pueden transmitirlo pero de ahí que los chicos lo incorporen como su principal estrategia hay un trecho muy largo. Bueno nuestros hijos, frente a la falencia que todos sabemos que tienen (la obtención de la pelota en el Ruck y en el Maull), arman su juego de forma tal que con el tackle y la intercepción consiguen superar ese defecto.
Los dos equipos, el sábado, plasmaron la misma estrategia con mayor o menor resultado pero de forma tal que se hacia muy duro ser el ocasional rival.
Yo se los dije, muchachos, lo de Vilo fue porque querían estar bien enteritos para la gira.
Tengo que destacar a quienes este año, incluso hace pocos meses, pasaron a integrar esta fauna. Lo que jugaron esos chicos fue a la par de los más experimentados, dieron todo y más. Lo que no sabían lo completaban a base de compromiso. Fueron la frutilla del postre.
Y el que estaba ahí, trayendo el agua y lamentándose por no poder jugar era nuestro Nachito Domenech que corría con Bidones, confortaba lesionados, alentaba, y calmaba a los más exhaltados. Fue el ayudante de campo que desde afuera empujaba con el alma a sus amigos.
Otro gigante que no pudo jugar porque en el primer partido sufrió un lesión fue Martín Raschinzky que después de volver de la clínica con su ocho de yeso en los hombros, siguió
de gira disfrutando todo lo que pudo. Capitulo aparte el agradecimiento primero a Martín por su comportamiento, a su Mamá por dejar que continuara con los chicos, a Sebas y a Ale acompañarlo a la clínica , a Torres por la decisión en contraposición de la indiferencia del Médico en el campo de llevarlo a realizarle la placa, a don Tudella que se ocupó de llevarlos.
Y el Domingo?
El Domingo fue la gloria de la gira. Nada más al llegar la vista de lo que la organización del torneo había hecho era un regalo pa´ el ojo. Cuatro canchas perpendiculares al Mar, todas bien delineadas. con sus haches, y hasta habían movido la arena para que quedar los más planas posibles.
A las diez arrancó esa maravilla del rugby en la playa. Se jugo de nueve jugadores por equipo, algo que la 96 siempre hizo de maravilla.
Arrancaron con el vecino Centro Naval, al cual lo superaron por la mínima en un partido donde monopolizaron constantemente la pelota. Al segundo de los equipos le tocaba una brava: Jugar en la playa con Marplatenses. Jockey de Mar del Plata era quien esperaba mostrarles cómo era la historia en la arena. Pero los energúmenos los dejaron sorprendido a ellos superándolos por bastante y demostrando que son todo terreno.
Siguió un partido con el anfitrión Mar del Plata rugby, acá la cosa fue distinta. Los chicos de MDQ los superaron por poco, pero entre la localía y el cansancio argumentaron a favor de nuestros energúmenos.
El último partido de la gira fue con Paraná Rowing; la 96 con el último hilito de energía y a fuerza de varios cambios logró superarlos por la mínima, contribuyendo a la estadística triunfal que resultó este fin de semana.
Hubo también una competencia de cinchadas donde perdieron por escándalo manifestando que más de un deporte son incapaces de realizar. Y bueh, es lo que hay.
Luego vino el tercer tiempo en la playa, las fotos, las caras de cansancio y orgullo, y la vuelta a Casa.
Para terminar esta pesada y extensa nota lo único que me sale es: GRACIAS, A TODOS Y MIS QUERIDOS ENERGÚMENOS. Más que nada por darme la razón en mi fantismo y por ser el equipo de rugby en donde mi hijo es el tipo feliz que quiero que sea.
EL RENEGAU
HUMILDEMENTE: "Vieron que tenía razón"......
Y bien, las dos primeras opciones son válidas, pero esta vez, creanme, la última es mi real intención.
Como argumento quiero citar las palabras de nuestro coordinador de infantiles, Sebastián Larreguiz:
"Me habían hablado mucho de Uds, de lo bien que jugaban y de la garra que ponían; pero no había tenido la ocasión de verlos en acción. Por lo que yo vi hoy, se quedaron cortos..."
Siempre fui tildado de fanático de la 96, de poco objetivo y demás apelativos. Esta vez yo era el más imparcial de todos al lado de todos los observadores que presenciaron a los energumenos en acción.
Serrat dice: "De vez en cuando la vida toma conmigo café y está tan linda que, da gusto verla" ; esto es lo que sentí este fin de semana en la feliz.
Fue una conjunción de tantas cosas que se amalgamaron, desde el Barba que nos lustró el cielo con esa tormenta que sufrimos para regalarnos dos días pintados. Un torneo con una organización especialmente cuidada, la presencia de más de 30 padres con los cuales nos divertimos todo el finde, dos padres managers que estuvieron en todos los detalles y en el caso de Luis llegó al punto de organizar la cena de la noche de los Padres. Los entrenadores y el coordinador "Sebas" que disfrutaron con nosotros: y, como siempre, el querido Pablo Torres que junto con Juan Ratti (que esta vez no pudo venir) están para cuidar la salud de nuestros hijos en todo momento.
Y los más importante: 34 energúmenos que demostraron todo lo que sabían. En un momento en esa cancha estaban plasmados desde Zaffa y Ángeles pasando por el Colo, Sergio, Marcos hasta sus entrenadores actuales Carlos, Danny y Ale. Todos con su granito de arena contribuyeron a engendrar un equipo donde de 34, 34 sorprendieron y maravillaron a propios y ajenos. Han honrado la imágen del club y pusieron de manifiesto lo que Maxi con los códigos propios jugador de un mismo club les transmite: EL COMPROMISO Y EL AMOR A SU EQUIPO.
He recibido personalmente comentarios de entrenadores de otros clubes maravillados por la forma y la garra demostrada. Hemos recibido dos invitaciones para cuando querramos volver a Mar del Plata . Tanto el organizador del Torneo, Mar del Plata rugby, como uno de los equipos con los que jugamos, Uni-Trinity College, fueron quienes nos cursaron dicha invitación.
Pero no solo lo deportivo, en lo social los pibes con los despelotes propios de la edad, fueron un grupo espectacular donde desde los más nuevos a los más antiguos compartieron una gira ESPECTACULAR.
Del Sábado ya escribí; lo único que debo agregar en lo deportivo es que alguien me comento que era sorprendente que chicos de 13 años jugaran de contrataque al rugby. Es muy difícil esta estrategia de juego, recién se empieza a ver en categorías juveniles. Es más, los entrenadores pueden transmitirlo pero de ahí que los chicos lo incorporen como su principal estrategia hay un trecho muy largo. Bueno nuestros hijos, frente a la falencia que todos sabemos que tienen (la obtención de la pelota en el Ruck y en el Maull), arman su juego de forma tal que con el tackle y la intercepción consiguen superar ese defecto.
Los dos equipos, el sábado, plasmaron la misma estrategia con mayor o menor resultado pero de forma tal que se hacia muy duro ser el ocasional rival.
Yo se los dije, muchachos, lo de Vilo fue porque querían estar bien enteritos para la gira.
Tengo que destacar a quienes este año, incluso hace pocos meses, pasaron a integrar esta fauna. Lo que jugaron esos chicos fue a la par de los más experimentados, dieron todo y más. Lo que no sabían lo completaban a base de compromiso. Fueron la frutilla del postre.
Y el que estaba ahí, trayendo el agua y lamentándose por no poder jugar era nuestro Nachito Domenech que corría con Bidones, confortaba lesionados, alentaba, y calmaba a los más exhaltados. Fue el ayudante de campo que desde afuera empujaba con el alma a sus amigos.
Otro gigante que no pudo jugar porque en el primer partido sufrió un lesión fue Martín Raschinzky que después de volver de la clínica con su ocho de yeso en los hombros, siguió
de gira disfrutando todo lo que pudo. Capitulo aparte el agradecimiento primero a Martín por su comportamiento, a su Mamá por dejar que continuara con los chicos, a Sebas y a Ale acompañarlo a la clínica , a Torres por la decisión en contraposición de la indiferencia del Médico en el campo de llevarlo a realizarle la placa, a don Tudella que se ocupó de llevarlos.
Y el Domingo?
El Domingo fue la gloria de la gira. Nada más al llegar la vista de lo que la organización del torneo había hecho era un regalo pa´ el ojo. Cuatro canchas perpendiculares al Mar, todas bien delineadas. con sus haches, y hasta habían movido la arena para que quedar los más planas posibles.
A las diez arrancó esa maravilla del rugby en la playa. Se jugo de nueve jugadores por equipo, algo que la 96 siempre hizo de maravilla.
Arrancaron con el vecino Centro Naval, al cual lo superaron por la mínima en un partido donde monopolizaron constantemente la pelota. Al segundo de los equipos le tocaba una brava: Jugar en la playa con Marplatenses. Jockey de Mar del Plata era quien esperaba mostrarles cómo era la historia en la arena. Pero los energúmenos los dejaron sorprendido a ellos superándolos por bastante y demostrando que son todo terreno.
Siguió un partido con el anfitrión Mar del Plata rugby, acá la cosa fue distinta. Los chicos de MDQ los superaron por poco, pero entre la localía y el cansancio argumentaron a favor de nuestros energúmenos.
El último partido de la gira fue con Paraná Rowing; la 96 con el último hilito de energía y a fuerza de varios cambios logró superarlos por la mínima, contribuyendo a la estadística triunfal que resultó este fin de semana.
Hubo también una competencia de cinchadas donde perdieron por escándalo manifestando que más de un deporte son incapaces de realizar. Y bueh, es lo que hay.
Luego vino el tercer tiempo en la playa, las fotos, las caras de cansancio y orgullo, y la vuelta a Casa.
Para terminar esta pesada y extensa nota lo único que me sale es: GRACIAS, A TODOS Y MIS QUERIDOS ENERGÚMENOS. Más que nada por darme la razón en mi fantismo y por ser el equipo de rugby en donde mi hijo es el tipo feliz que quiero que sea.
EL RENEGAU
HUMILDEMENTE: "Vieron que tenía razón"......
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