
Y si!!; todos saben que van a encontrar en este mal artículo con respecto al sábado y a su encuentro estelar. Quizás se sorprendan un poquito por donde va la cosa, pero en el fondo el orgullo me va a traicionar y voy a inundar dicha cosa con cierto fanatismo.
Pero esta vez, a lo mejor mas que otras veces, salieron a relucir muchos valores que privilegiamos, más incluso que los deportivos, que a veces pasan inadvertidos en ese momento, pero cuando uno hace el ejercicio de recordar lo que ocurrió para plasmarlo, brotan antes que los épicos resultados. Y es en la comparación donde más se notan, porque uno sabe o intuye que las cosas se estan haciendo los más correctamente posible, pero es en el rejunte de energumenos donde uno puede observar las diferencias y saber si lo que uno quiere para sus hijos esta en el camino que comulga.
Bastante aburrida viene la cosa, pero me parece necesario refrescar ciertas cositas que vi el sábado, como argumento para probar porque estamos orgullosos de los zanguangos.
Pero esta vez, a lo mejor mas que otras veces, salieron a relucir muchos valores que privilegiamos, más incluso que los deportivos, que a veces pasan inadvertidos en ese momento, pero cuando uno hace el ejercicio de recordar lo que ocurrió para plasmarlo, brotan antes que los épicos resultados. Y es en la comparación donde más se notan, porque uno sabe o intuye que las cosas se estan haciendo los más correctamente posible, pero es en el rejunte de energumenos donde uno puede observar las diferencias y saber si lo que uno quiere para sus hijos esta en el camino que comulga.
Bastante aburrida viene la cosa, pero me parece necesario refrescar ciertas cositas que vi el sábado, como argumento para probar porque estamos orgullosos de los zanguangos.
A GANAR, A GANAR, A GANAR!!!
La mañana nos anunciaba como nos íbamos a derretir rogando por una sombra que nos haga más placentero el encuentro. Pero luego de buscar lo único que encontrábamos como sombra era la que producíamos nosotros mismos y alguno aprovechaba suplicándonos que nos nos moviéramos. Arrancamos puntuales en la puerta del club; breve viaje, caravana cortita, fuimos los primeros en llegar al anexo de Liceo Naval.
Precalentar no hacía mucha falta, porque la cosa venía de 25 grados y con dos trotecitos ya estaban en condiciones. Pero frente a la tardanza de las otras delegaciones, se alargo el preludio y los muchachos para no aburrirse se dedicaron al físico.
Capítulo aparte esto de la puntualidad. Como se sabe el encuentro era de clubes vecinos, parece que algunos se mudaron a Baradero porque llegaron a partir de las 10.20 y el último en aparecer lo hizo 10.45.
Los anfitriones, en una actitud poco feliz, se ataron a un fixture preestablecido como excusa para no faltarle el "respeto" al único club de grupo 1 que era parte de la justa. Arrancamos tarde, y encima habiendo sido los primeros en llegar, tuvimos que esperar para empezar a jugar. Ya estábamos chochos con el número de jugadores; 37 en total, un número de energúmenos considerable frente a los otros equipos presentes.
Dos escuadras, con sus suplentes estaban ya preparadas para lo que se venía, que no era moco de pavo. Las dos con el equilibrio de jugadores necesarios para que todos participen y sientan la importancia que tienen para la 96, donde no existen equipos A o B.
Se jugaron seis partidos de dos tiempos de 10 minutos. Arrancamos con Geba y Banco Nación que tenían también 2 conjuntos.Todos jugaron entre si.
Habíamos con otros padres observado, en esa injusta espera a la que el bendito fixture nos había condenado, un partido anterior que, en comparación con nuestros archivos, nos parecían bastante faltos del picante al que los muchachos del burrito (la 96) nos tienen acostumbrados. Como era el primer partido del año, nos cuestionamos si nuestros energumenos comulgarían con esa falta de condimento.
El silbato de inicio nos despertó de esos pensamientos y minga con lo desabrido. Empezaron con todo.
Geba fue el primero, partidazo de lo nuestros superado a fuerza de actitud y buen juego. Casi en simultáneo el otro equipo arrancó con Banco Nación, un equipo que siempre elogiamos por su actitud y poderío. Calacadito era el sistema de juego, los dos no regalaban un segundo ni un centímetro. Era presión constante y un score que se empataba continuamente. Y ese fue el resultado, que si se hubiese perdido o ganado nada cambiaba el humor de todos los presentes.
Siguieron dos más, con Banco y Geba pero cambiando los equipos.
Con Geba un empate, a pesar de su técnico que puso toda la carne al asador para tratar de conseguir un resultado.
Con Banco las cosa fue idéntica pero con otros protagonistas, en un partido tan parejo como el anterior.
Luego fue Vilo y un equipo de Liceo los ocasionales oponentes. Los dos fueron superados por la 96 en dos partidos un poquito menos duros, pero donde el espíritu pudo más que el cansancio. Individualidades hubo muchísimas, pero fueron equipo constantemente y por eso hablar de uno o de otro sería injusto.
Si se debe rescatar a todos los jugadores nuevos del plantel que dentro de sus posibilidades no escatimaron nada. Muchos de ellos nos sorprendieron por el nivel que demostraron con tan poco entrenamiento.
Hubo, incluso un jugador que era su primera experiencia con la 96, y sin embargo no se quedo atrás.
Tercer tiempo, y vuelta al club fue el final acalorado e insolado de una mañana espectacular. Ahora, porque el "a ganar, a ganar, a ganar " y la perorata del principio.
Les expresé que en la comparación uno nota las cosas.
Dos imágenes y un comentario servirán para probar el argumento.
Uno, que no esta para nada en contra de cierta liturgia en el rugby, sabe que el abrazo en círculo de los jugadores antes de empezar un partido es una especie de comunión de amigos con un objetivo.
Para algunos ese objetivo es ganar o ganar, para otros divertirse y tratar de ganar a fuerza de esfuerzo. Antes de empezar su primer partido con Geba los chicos se abrazaron en esa comunión y se escucho un "venimos a divertirnos y a pasarla bien".
Mucho rato después otro equipo, que no estaba a punto de jugar, sino que estaban reunidos en ese abrazo simbólico con su entrenador profirieron un triste "A ganar, A ganar, A ganar".
Es en esa diferencia donde uno se da cuenta que los nuestros, solitos sin el entrenador que les sugiriera ningún dialogo, mostraron que es lo importante, por lo menos para nosotros, de este deporte.
El comentario que les adeudo es del nuestro entrenador Carlos Vargaz quién cuando hablábamos de lo bien que se habían desempeñado los energúmenos, nos dijo que los más importante que había rescatado de ese encuentro fue el respeto y buen comportamiento, frente a los otros equipos, que habían plasmado toda la mañana.
Los que habían pregonado el "A Ganar, A Ganar, A Ganar", en el siguiente partido perdieron de manera escandalosa. Los nuestros con el "vinimos a divertirnos y pasarla bien" se fueron invictos de la jornada, cosa que me importa un bledo, pero que como argumento corona la anécdota.
Precalentar no hacía mucha falta, porque la cosa venía de 25 grados y con dos trotecitos ya estaban en condiciones. Pero frente a la tardanza de las otras delegaciones, se alargo el preludio y los muchachos para no aburrirse se dedicaron al físico.
Capítulo aparte esto de la puntualidad. Como se sabe el encuentro era de clubes vecinos, parece que algunos se mudaron a Baradero porque llegaron a partir de las 10.20 y el último en aparecer lo hizo 10.45.
Los anfitriones, en una actitud poco feliz, se ataron a un fixture preestablecido como excusa para no faltarle el "respeto" al único club de grupo 1 que era parte de la justa. Arrancamos tarde, y encima habiendo sido los primeros en llegar, tuvimos que esperar para empezar a jugar. Ya estábamos chochos con el número de jugadores; 37 en total, un número de energúmenos considerable frente a los otros equipos presentes.
Dos escuadras, con sus suplentes estaban ya preparadas para lo que se venía, que no era moco de pavo. Las dos con el equilibrio de jugadores necesarios para que todos participen y sientan la importancia que tienen para la 96, donde no existen equipos A o B.
Se jugaron seis partidos de dos tiempos de 10 minutos. Arrancamos con Geba y Banco Nación que tenían también 2 conjuntos.Todos jugaron entre si.
Habíamos con otros padres observado, en esa injusta espera a la que el bendito fixture nos había condenado, un partido anterior que, en comparación con nuestros archivos, nos parecían bastante faltos del picante al que los muchachos del burrito (la 96) nos tienen acostumbrados. Como era el primer partido del año, nos cuestionamos si nuestros energumenos comulgarían con esa falta de condimento.
El silbato de inicio nos despertó de esos pensamientos y minga con lo desabrido. Empezaron con todo.
Geba fue el primero, partidazo de lo nuestros superado a fuerza de actitud y buen juego. Casi en simultáneo el otro equipo arrancó con Banco Nación, un equipo que siempre elogiamos por su actitud y poderío. Calacadito era el sistema de juego, los dos no regalaban un segundo ni un centímetro. Era presión constante y un score que se empataba continuamente. Y ese fue el resultado, que si se hubiese perdido o ganado nada cambiaba el humor de todos los presentes.
Siguieron dos más, con Banco y Geba pero cambiando los equipos.
Con Geba un empate, a pesar de su técnico que puso toda la carne al asador para tratar de conseguir un resultado.
Con Banco las cosa fue idéntica pero con otros protagonistas, en un partido tan parejo como el anterior.
Luego fue Vilo y un equipo de Liceo los ocasionales oponentes. Los dos fueron superados por la 96 en dos partidos un poquito menos duros, pero donde el espíritu pudo más que el cansancio. Individualidades hubo muchísimas, pero fueron equipo constantemente y por eso hablar de uno o de otro sería injusto.
Si se debe rescatar a todos los jugadores nuevos del plantel que dentro de sus posibilidades no escatimaron nada. Muchos de ellos nos sorprendieron por el nivel que demostraron con tan poco entrenamiento.
Hubo, incluso un jugador que era su primera experiencia con la 96, y sin embargo no se quedo atrás.
Tercer tiempo, y vuelta al club fue el final acalorado e insolado de una mañana espectacular. Ahora, porque el "a ganar, a ganar, a ganar " y la perorata del principio.
Les expresé que en la comparación uno nota las cosas.
Dos imágenes y un comentario servirán para probar el argumento.
Uno, que no esta para nada en contra de cierta liturgia en el rugby, sabe que el abrazo en círculo de los jugadores antes de empezar un partido es una especie de comunión de amigos con un objetivo.
Para algunos ese objetivo es ganar o ganar, para otros divertirse y tratar de ganar a fuerza de esfuerzo. Antes de empezar su primer partido con Geba los chicos se abrazaron en esa comunión y se escucho un "venimos a divertirnos y a pasarla bien".
Mucho rato después otro equipo, que no estaba a punto de jugar, sino que estaban reunidos en ese abrazo simbólico con su entrenador profirieron un triste "A ganar, A ganar, A ganar".
Es en esa diferencia donde uno se da cuenta que los nuestros, solitos sin el entrenador que les sugiriera ningún dialogo, mostraron que es lo importante, por lo menos para nosotros, de este deporte.
El comentario que les adeudo es del nuestro entrenador Carlos Vargaz quién cuando hablábamos de lo bien que se habían desempeñado los energúmenos, nos dijo que los más importante que había rescatado de ese encuentro fue el respeto y buen comportamiento, frente a los otros equipos, que habían plasmado toda la mañana.
Los que habían pregonado el "A Ganar, A Ganar, A Ganar", en el siguiente partido perdieron de manera escandalosa. Los nuestros con el "vinimos a divertirnos y pasarla bien" se fueron invictos de la jornada, cosa que me importa un bledo, pero que como argumento corona la anécdota.
Estuvo seria la nota, pero el orgullo que siento por el equipo de los amigos de mi hijo, es total.