¡¡¡Qué Sábado!!!
Recibir siempre es un lujo, pero por partida doble es un lujo al cuadrado. Lo que convierte a esto en lo que fue: una fiesta de rugby y amigos.
Seguro que me voy a olvidar de algunos detalles pero, aunque este limitado redactor sufra de una amnesia propia de la edad, la receta se aplicó completa. NO FALTO NI MEDIO para que tanto nosotros como nuestros visitantes la pasaran BOMBA!!!.
Pero yo se que quieren detalles. Los que faltaron no pretendan que esta notita les reproduzca las emociones que se vivieron; no!!, ni ahí nomas voy a lograr convencerlos de nada. Se perdieron un recuerdazo para el futuro.
Todo empezó con el mangazo de todas las semanas: que porfi.. una gaseosa; que a ver si traen algo dulce, que vengan al kiosco....Tal cual un cura de pueblo, se manga a mas no poder porque se necesita todo manguito que ande por ahí sin saber que hacer. Desde la coordinación o desde la comandancia de la 96, seguro que le vamos a encontrar un lugarcito donde se quede hasta que se gaste el pobrecito en haras del bien de toda la energumenada.
Eran las 9.00 y ahí aparecían todos con sus bolsitas, sus gaseositas, sus torititas etceteritas etceteritas...Y, de nuevo los Santos, que siempre están (como el Sol de Marilina Ross) al pie de la parrilla y sacrificándose por el bolsillo nuestro y el placer de la 96: Don Seguín y Don Cassola, dos tipazos que no se pierden una parrilla. Empezaron al alba a agacharse y se levantaron a las tres de la tarde después de haber, junto con otros padres de otras categorías, asado como veinte bondiolas y seiscientos patys, otro tanto de colitas y chorizos.
Los energumenos estaban ansiosos esperando a las visitas. La cosa se prolongaba y todos del tomate porque no llegaban. A las 10.45 arribaron la huestes del interior.
Puerta del fondo y a paso tranquilo aparecieron los jugadores de San Pedro, y atrás de ellos también hicieron la entrada triunfal los muchachos de Caranchos.
A los abrazos los recibimos y rajamos a lo cohetes que el Isef nos estaba esperando. Las ganas de jugar los estaba consumiendo, y en cuanto llegamos con un calentamiento intensivo pero corto se largaron los cotejos de la jornada.
La 96 contaba con dos equipos más suplentes y a media mañana, llegó averiguando un nuevo integrante al plantel: Sebastian Vezzula. Les cuento que el muchacho y su mamá vinieron nada más que a ver y a averiguar, pero para los energúmenos la cosa es "ACÁ SE JUEGA" y ahí fue nomás Coco grito "Yo te presto mi camiseta" y a los 5 minutos de "averiguación" estaba jugando de wing cerrado para la 96. La madre miraba completamente confundida y nosotros le explicitábamos como podíamos el hecho.
Pero vamos al rugby propiamente dicho: Se largo la cosa con los "Caranchitos", dos tiempos jugados con los dos equipos de la 96. Un primer tiempo duro favorable a los Rosarinos. Los muchachos bajaron del micro y se querían desayunar porteñitos. No te digo que lo lograron pero un try nos hicieron y, como siempre, regalamos el primer tiempo por falta de enchufe. Se vino el segundo con el segundo equipo. Acá la cosa empezó a inclinarse para los energumenos capitalinos, y comenzaron a entregar lo que siempre no regalan, mucha pero mucha entrega. Con los errores lógicos y repetitivos pero con la magia que siempre llevan intacta.
Carlos, Daniel y Maxi estaban al mando del batallón, tratando de calmarlos porque todos querían entrar y jugar. Le dieron forma a la cosa y pudieron lograr que todos jugaran y se divirtieran.
Le llego el turno a San Pedro, acá la cosa también fue el lado de Ciudad. Los muchachos los superaron, con trabajo, pero con mucha autoridad.
A las 13.00 se largo el tremendo tercer tiempo al ladito del lago y a las 15.15 se jugaron dos tiempitos más con San Pedro que fueron también bien vibrantes pero quedaron para la cuenta de la 96.
El fin de la fiesta fue un mezcladito propuesto por el técnico de San Pedro: Forwards vs. Tres Cuartos. Acá primó lo rustico sobre la creación, y los gordos no dejaron que los dúctiles les pintaran la cara. Todo fue peleado y riguroso. En el último minuto y al grito de última jugada los gordos tomaron una pelota en campo propio y con un patada de un gordo dúctil, el wing gordo vacunó a los tres cuartos con el único try del encuentro y con el festejo lógico y lascivo que correspondía a tal gesta.
Merienda y despedida, a casa y acomodar otro recuerdo en ese estante que guarda todo lo bueno que a uno le pasa en la vida.
Gracias al Negro y a Daniel , a Luis, a Carlos y Eugenio, a todos los que dieron una mano en el tercer tiempo, a Isabel (que no hizo café este sábado), a Maxi., y a los Gigantes Caranchitos y sus entrenadores; a los Enormes Biguás de San Pedro y sus entrenadores.
Por último, gracias a la 96 que siempre ponen lo que hay que poner, desordenados y a veces desobedeciendo, pero con el corazón por sus compañeros y su camiseta.
Por eso energúmenos....
Pero yo se que quieren detalles. Los que faltaron no pretendan que esta notita les reproduzca las emociones que se vivieron; no!!, ni ahí nomas voy a lograr convencerlos de nada. Se perdieron un recuerdazo para el futuro.
Todo empezó con el mangazo de todas las semanas: que porfi.. una gaseosa; que a ver si traen algo dulce, que vengan al kiosco....Tal cual un cura de pueblo, se manga a mas no poder porque se necesita todo manguito que ande por ahí sin saber que hacer. Desde la coordinación o desde la comandancia de la 96, seguro que le vamos a encontrar un lugarcito donde se quede hasta que se gaste el pobrecito en haras del bien de toda la energumenada.
Eran las 9.00 y ahí aparecían todos con sus bolsitas, sus gaseositas, sus torititas etceteritas etceteritas...Y, de nuevo los Santos, que siempre están (como el Sol de Marilina Ross) al pie de la parrilla y sacrificándose por el bolsillo nuestro y el placer de la 96: Don Seguín y Don Cassola, dos tipazos que no se pierden una parrilla. Empezaron al alba a agacharse y se levantaron a las tres de la tarde después de haber, junto con otros padres de otras categorías, asado como veinte bondiolas y seiscientos patys, otro tanto de colitas y chorizos.
Los energumenos estaban ansiosos esperando a las visitas. La cosa se prolongaba y todos del tomate porque no llegaban. A las 10.45 arribaron la huestes del interior.
Puerta del fondo y a paso tranquilo aparecieron los jugadores de San Pedro, y atrás de ellos también hicieron la entrada triunfal los muchachos de Caranchos.
A los abrazos los recibimos y rajamos a lo cohetes que el Isef nos estaba esperando. Las ganas de jugar los estaba consumiendo, y en cuanto llegamos con un calentamiento intensivo pero corto se largaron los cotejos de la jornada.
La 96 contaba con dos equipos más suplentes y a media mañana, llegó averiguando un nuevo integrante al plantel: Sebastian Vezzula. Les cuento que el muchacho y su mamá vinieron nada más que a ver y a averiguar, pero para los energúmenos la cosa es "ACÁ SE JUEGA" y ahí fue nomás Coco grito "Yo te presto mi camiseta" y a los 5 minutos de "averiguación" estaba jugando de wing cerrado para la 96. La madre miraba completamente confundida y nosotros le explicitábamos como podíamos el hecho.
Pero vamos al rugby propiamente dicho: Se largo la cosa con los "Caranchitos", dos tiempos jugados con los dos equipos de la 96. Un primer tiempo duro favorable a los Rosarinos. Los muchachos bajaron del micro y se querían desayunar porteñitos. No te digo que lo lograron pero un try nos hicieron y, como siempre, regalamos el primer tiempo por falta de enchufe. Se vino el segundo con el segundo equipo. Acá la cosa empezó a inclinarse para los energumenos capitalinos, y comenzaron a entregar lo que siempre no regalan, mucha pero mucha entrega. Con los errores lógicos y repetitivos pero con la magia que siempre llevan intacta.
Carlos, Daniel y Maxi estaban al mando del batallón, tratando de calmarlos porque todos querían entrar y jugar. Le dieron forma a la cosa y pudieron lograr que todos jugaran y se divirtieran.
Le llego el turno a San Pedro, acá la cosa también fue el lado de Ciudad. Los muchachos los superaron, con trabajo, pero con mucha autoridad.
A las 13.00 se largo el tremendo tercer tiempo al ladito del lago y a las 15.15 se jugaron dos tiempitos más con San Pedro que fueron también bien vibrantes pero quedaron para la cuenta de la 96.
El fin de la fiesta fue un mezcladito propuesto por el técnico de San Pedro: Forwards vs. Tres Cuartos. Acá primó lo rustico sobre la creación, y los gordos no dejaron que los dúctiles les pintaran la cara. Todo fue peleado y riguroso. En el último minuto y al grito de última jugada los gordos tomaron una pelota en campo propio y con un patada de un gordo dúctil, el wing gordo vacunó a los tres cuartos con el único try del encuentro y con el festejo lógico y lascivo que correspondía a tal gesta.
Merienda y despedida, a casa y acomodar otro recuerdo en ese estante que guarda todo lo bueno que a uno le pasa en la vida.
Gracias al Negro y a Daniel , a Luis, a Carlos y Eugenio, a todos los que dieron una mano en el tercer tiempo, a Isabel (que no hizo café este sábado), a Maxi., y a los Gigantes Caranchitos y sus entrenadores; a los Enormes Biguás de San Pedro y sus entrenadores.
Por último, gracias a la 96 que siempre ponen lo que hay que poner, desordenados y a veces desobedeciendo, pero con el corazón por sus compañeros y su camiseta.
Por eso energúmenos....
FELICITACIONES!!!!
EL RENGáU
develando su identidad
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